domingo, 21 de septiembre de 2014

BUENOS AIRES: "EL OBELISCO" y el "Soneto de Baldomero Fernández Moreno", uno de los más notables narradores y poetas argentinos.




















Soneto de 

Baldomero Fernández Moreno




El Obelisco



¿Donde tenía la ciudad guardada
esta espada de plata refulgente
desenvainada repentinamente
y a los cielos azules asestada?



Ahora puede lanzarse la mirada
harta de andar rastrera y penitente
piedra arriba hacia el Sol omnipotente
y descender espiritualizada.



Rayo de luna o desgarrón de viento
en símbolo cuajado y monumento
índice, surtidor, llama, palmera.



La estrella arriba y la centella abajo,
que la idea, el ensueño y el trabajo
giren a tus pies, devanadera.

















Baldomero Fernandez Moreno nació en Buenos Aires el 15 de noviembre de 1886, en una familia de buena posición económica, la que sin embargo se iría deteriorando paulatinamente hasta alcanzar su ruina total.

A los seis años de edad, se radica con su familia en España, donde pasa sus años decisivos de la infancia, que dejaron una impronta indeleble en su obra, la que evocaría más tarde en su obra "La patria desconocida" y en "Aldea española".
                
Regresa a la Argentina en el año 1897, ingresando al Instituto del Cardenal Cisneros, donde comienza a descubrir a los poetas argentinos y americanos y también a los españoles, entre ellos: Echeverría, Obligado, Nuñez de Arce,y Campoamor. Al mismo tiempo se despierta en él una verdadera fiebre de lecturas.

En 1912 obtiene el título de médico y en el año 1914 se radica en Catriló, localidad situada en medio de la pampa y la soledad.

Publica en 1915 su primer libro de poesías: "Los iniciales del misal".

Se casa en 1919 con la inspiradora de sus poemas: Dalmira del Carmen Lopez Osornio y tienen cuatro hijos.

Durante el año 1920, radicado en Buenos Aires comienza a encontrarse con algunas de las figuras más relevantes del mundo literario porteño: Alfonsina Storni, Enrique Mendez Calzada, Nicolás Coronado. De esos años data una amistad entrañable que conservará hasta su muerte, la del uruguayo Enrique Amorín.

En 1938, el poeta adquiere una casa en el Barrio de Flores, su vida en este antiguo barrio de Buenos Aires, donde había pasado años de su juventud, da lugar a una serie de poemas.

En 1945,nace su primera nieta : comienza entonces a escribir los poemas que integrarán el"Libro de Marcela"  que se publica en 1951.

El 7 de julio de 1950, muere súbitamente, de un derrame cerebral.

Obtuvo,entre otras merecidas recompensas, el Primer Premio Nacional de Literatura,  y fue objeto al cumplir sus bodas de plata con la poesía, en 1940, de un gran homenaje en el Teatro  del Pueblo.      
      
Su poesía, universal y hondamente nacional al mismo tiempo, ha inmortalizado la geografía íntima de los barrios porteños y la cálida placidez de las provincias y el campo argentino.

El notable Enrique Banchs lo considera “el poeta de nuestra lengua de más extensa y rica gama temática” y cree “que buena parte de ésta ha sido o creada por él o dotada por él de nuevas fibras de sensibilidad”; y también opina que “es nuestro poeta de inspiración menos interceptada por la reminiscencia literaria, que es decir en más inmediata comunión de realidad externa y emoción (...) que por arte largo y exquisito él llegó no al refinamiento retórico, sino a una armoniosa y creciente naturalidad (...) que poseyó un claro idioma admirablemente expresivo, transparente y copioso, a la vez que sumamente depurado”.
  • Para el polémico Leopoldo Lugones “Fernández Moreno es un espíritu de piedad, de sencillez y de dulzura. Su don especial consiste en florecer suavemente como el árbol en primavera después de la lluvia”.
  • Para la audaz Alfonsina Storni “Fernández Moreno es ante todo un poeta, un gran poeta lírico”.
  • Coincidiendo con Leopoldo Marechal, el joven Jorge Luis Borges le atribuye: “una percepción genial del mundo exterior” y considera que “ya desde su libro Las iniciales del misal había ejecutado un acto que siempre es asombroso y que en 1915 era insólito
Acto que con todo rigor etimológico podemos calificar de revolucionario: había mirado a su alrededor”; y también destaca que “en Baldomero Fernández Moreno el paisaje es de una insuperable autenticidad. Y que él lo transmite de un modo tan inmediato que sus lectores suelen olvidar las palabras traslúcidas que han operado esa transmisión y no reparan en el arte exquisito -y casi imperceptible- que las ha congregado y organizado”
  • Para el lúcido y multifacético Ezequiel Martínez Estrada: “Fernández Moreno perdura en su naturaleza, idéntico a sí, fiel a su ser, a su designio y a su destino, en su obra magnífica y en su ejemplar existencia”.
  • Según Alberto Vanasco, “los poetas que luego integraron Poesía Buenos Aires rodearon y acompañaron a Fernández Moreno porque en un momento dado su obra significó para ellos la desacralización de la poesía, la mirada sutil y aguda a lo cotidiano y también el abandono de la pompa verbal vacía”.
  • Mario Benedetti ha dicho que “la originalidad de Fernández Moreno está en la calidad de su mirada y en la sencillez con que transmite ese resultado visual”.
Sus obras:
·       
·        
"Las iniciales del misal" (1915).
"Intermedio provinciano" (1916).
"Ciudad" (1917).
"Por el amor y por ella" (1918).
"Campo argentino" (1919).
"Versos de negrita" (1920).
"Nuevos poemas" (1921).
"Mil novecientos veintidós" (1922).
"Canto de amor, de luz, de agua" (1922).
"El hogar en el campo" (1923).
"Aldea española" (1925).
"El hijo" (1926) - "Décimas" (1928).
"Poesía" (1928) - "Sonetos" (1929).
"Último cofre de Negrita" (1929).
"Cuadernillo de verano"(1931).
"Dos poemas" (1935).
“Romances" (1936).
"Seguidillas" (1936).
"Continuación" (1938).
"Buenos Aires (Ciudad, pueblo, campo)" (1941).
"Yo médico, yo catedrático" (1941).
"San José de Flores" (1943).

   "Parva" (1949).
"Viaje del Tucumán" (1949).
"Ciudad" (1949).
"Suplementos" (1950).
"Penumbra. Libro de Marcela" (1951).
Reunió lo mejor de su producción en Antología poética (1941)
Sus obras en prosa: La Mariposa y la viga (1947),  y La patria desconocida, hacen de él uno de los mejores prosistas de nuestro tiempo.


http://escuela39moreno.jimdo.com/baldomero-fernandez-moreno/
 



Obelisco de Buenos Aires


En el frente del Obelisco de Buenos Aires 
que da al lado sur, en su base, en un muy 
pequeño rectángulo, se encuentra escrito 
este soneto de Baldomero Fernández 
Moreno, que escribió durante una cena 
de homenaje en el Alvear Palace Hotel 
a Prebisch (según la anécdota lo escribió 
en una servilleta y se lo entregó a su esposa).7




El Obelisco de Buenos Aires es un monumento considerado un ícono de la ciudad de Buenos Aires, construido en 1936 con motivo del cuarto centenario de la fundación de la ciudad. Está emplazado en la Plaza de la República, en la intersección de las avenidas Corrientes9 de Julio. Fue declarado Monumento Histórico Nacional.


En el solar donde hoy se encuentra el Obelisco estaba emplazada la iglesia dedicada a San Nicolás de Bari, que se decidió demoler para la construcción de la Avenida 9 de Julio. En la torre de esa iglesia fue izada oficialmente por primera vez en Buenos Aires, en 1812, labandera argentina. Dicha circunstancia se recuerda en una de las inscripciones del lado norte del Obelisco.
Se decía que el bloque radical de las cámaras presentaría un proyecto para que en ese lugar se erigiera el monumento a Hipólito Yrigoyen. Pero, el 3 de febrero de 1936, a 400 años de la denominada "primera fundación de Buenos Aires", el intendente Mariano de Vedia y Mitre, nombrado en la presidencia de Agustín Pedro Justo, firmó un decreto que generaría enconadas polémicas, para laejecución de una obra de carácter extraordinario, que señale al pueblo de la República la verdadera importancia de aquella efeméride. Que no existe en la ciudad ningún monumento que simbolice el homenaje de la Capital de la Nación entera1 . Se le encargó entonces al arquitecto Alberto Prebisch la construcción de un obelisco que se realizó en solo sesenta días: la obra comenzó el 20 de marzo de 1936 y fue inaugurada el 23 de mayo de ese año.2
Alberto Prebisch fue uno de los principales arquitectos del modernismo argentino y autor también del vecino Teatro Gran Rex. Con respecto al motivo de la forma del monumento Prebisch dijo:
Se adoptó esta simple y honesta forma geométrica porque es la forma de los obeliscos tradicionales... Se le llamó Obelisco porque había que llamarlo de alguna manera. Yo reivindico para mi el derecho de llamarle de un modo más general y genérico «Monumento».
La construcción estuvo a cargo del consorcio alemán G.E.O.P.E. - Siemens Bauunion - Grün & Bilfinger, el cual finalizó la obra en el tiempo récord de 31 días, para la que empleó a 157 obreros. Maximizando el aprovechamiento del tiempo se utilizó cemento Incor de endurecimiento rápido y se fue construyendo el monumento por secciones de 2 metros para facilitar el volcado del hormigón. Para su construcción, que costó 200.000 pesos moneda nacional, se utilizaron 680 m³ de cemento y 1360 m² de piedra blanca Olaen de Córdoba.
El tendido de la línea B de subterráneos favoreció la construcción del monumento, pues facilitó la colocación de los cimientos sobre los túneles formándose la base de hormigón de 20 m de lado y 1,50 m de altura sobre vigas de 1,80 m de alto que se apoyan en los costados sobre zapatas del mismo material de 1,20 m de alto y de 3 m y 4 m de largo respectivamente. La losa plana del techo del túnel del subte permite el paso de la losa de fundación del obelisco. Durante la obra, el obrero italiano José Cosentino cayó en una de las bóvedas del cimiento y murió.3
El 20 de febrero de 1938, Roberto M. Ortiz sucedió a Agustín Pedro Justo, y designó como nuevo intendente de la ciudad a Arturo Goyeneche.
En la noche del 20 al 21 de junio de 1938, al día siguiente de haberse realizado en el lugar un acto público con la presencia del presidente Ortiz, se produjeron algunos desprendimientos del revestimiento de piedra que destruyeron las gradas donde el día anterior se agrupaban los abanderados de colegios primarios y secundarios de la ciudad durante el acto.2 Para terminar con el peligro de que nuevas placas de piedra pudiesen caerse, fueron reemplazadas por revoque de cemento en el que se imitó el dibujo de las lajas, que fue pintado con 620 litros de látex.3 Al quitarse las lajas no se tuvo en cuenta que se retiró una leyenda que decía «Alberto Prebisch fue su arquitecto».4
Inmediatamente después de su construcción, el obelisco se tornó en centro de las burlas y protestas de los porteños. Tres años después de su inauguración, en junio de 1939, el Concejo Deliberante sancionó la demolición del Obelisco por Ordenanza Nº 10.251, por 23 votos contra tres, aduciendo razones económicas, estéticas y de seguridad pública. Pero la ordenanza fue vetada por el intendente Goyeneche, y no prosperaron otras tentativas por derribarlo. 4
La estructura del mismo, basada en la estética racionalista, generó más de una polémica entre los partidarios de la renovación de la ciudad y los sectores más tradicionalistas. Actualmente ya se lo considera como un ícono de la ciudad.
El Obelisco es frecuentemente utilizado como punto de reunión de diversas manifestaciones, las que abarcan también las avenidas 9 de julio yCorrientes que lo rodean, hecho similar al que ocurre en Plaza de Mayo.
Fue escenario de numerosas anécdotas y hechos insólitos. En 1939 alguien colocó en la cima de la estructura una bandera argentina. Pocos meses después, un joven amenazó con arrojarse al vacío si no se le conseguía un trabajo. En varias oportunidades se aprovechó la enorme estructura de distintas maneras: en 1973 se lo decoró como árbol de Navidad. En 1975 se colocó un anillo giratorio en el cuarto inferior de su altura, con las inscripciones «El silencio es salud» y «Mantenga limpia Buenos Aires».4
En 1987 se lo rodeó con una reja para impedir las inscripciones en sus paredes. En 1998, activistas de Greenpeace violaron el acceso y desplegaron desde la punta un cartel con la leyenda «Salven el clima».4
Entre las muchas intervenciones, el 1° de diciembre de 2005 apareció completamente cubierto por un preservativo de color rosado, en conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA.
El 20 de septiembre de 2007,5 conmemorando los 150 años de las relaciones bilaterales entre Argentina y Alemania, el amaneció cubierto con una tela de 60 m² con los colores de las banderas de esos países. Además se ajustó un nuevo sistema complementario de iluminación que fue donado por la embajada de Alemania y empresas de ese país (Allianz, Osram y Siemens) que apoyaron la celebración.
Descripción:
Su altura es de 67,5 m, y de estos 63 m son hasta la iniciación del ápice, que es de 3,5 m por 3,5 m. La base tiene 6,80 m de lado.
Tiene una sola puerta de entrada (en el lado oeste) y en su cúspide hay cuatro ventanas, con persianas metálicas, a las que sólo se puede llegar por una escalera marinera de 206 escalones con 7 descansos cada 8 m y uno a 6 m.3
La punta es roma; mide 40 cm y culmina en un pararrayos que no logra verse por la altura, cuyos cables corren por el interior del monumento. Existe una caja de hierro empotrada que según se dice guarda una foto del jefe de máquinas de la construcción, y una carta destinada a quienes lo demuelan.6

Véase también

Referencias

  1. Volver arriba Cronista Mayor de Buenos Aires, año 6 n° 46. Publicación del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, junio de 2004.
  2. ↑ Saltar a:a b Julio A. Luqui Lagleyze, Plazas de Buenos Aires, Revista Todo es Historia, Nro 90, noviembre de 1974
  3. ↑ Saltar a:a b c Quisieron Tirarlo abajo, lo salvaron y hoy cumple 75 años. Diario Clarín, 21/05/2011.
  4. ↑ Saltar a:a b c d El obeliscoArcón de Buenos Aires
  5. Volver arriba El Obelisco amaneció embanderado con los colores argentinos y alemanes. Diario Clarín, 20/09/07
  6. Volver arriba Zigiotto, Diego M. (mayo de 2009). Las mil y una curiosidades del Cementerio de la Recoleta (1ª edición edición). Grupo Editorial Norma. p. 202. ISBN 978-987-545-539-9.
  7. Volver arriba Elisa Casella de Calderón (1986). Calle Corrientes, su historia en cinco barrios. Revista Buenos Aires nos cuenta n° 7, segunda edición. ISBN 987-9473-00-0.

Fuentes consultadas


  • Elisa Casella de Calderón (1986). Calle Corrientes, su historia en cinco barrios. Revista Buenos Aires nos cuenta n° 7, segunda edición. ISBN 987-9473-00-0.

Enlaces externos


fuente: www.wikipedia.org.es


fuente de la foto del Obelisco: 
ALBERTO ARABIA

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