lunes, 14 de julio de 2014

GUERRA EN MEDIO ORIENTE: ¿Cuál es el objetivo de Hamás?


por David Mandel,

Hamás (las iniciales en árabe de la organización terrorista Movimiento de Resistencia Islámico) no es (sólo) una organización anti-israelí. Es una organización antisemita cuyo objetivo final es exterminar a las "dos terceras partes del pueblo judío que los nazis no lograron matar".
La constitución de Hamás* lo expresa con franqueza y claridad. Por ejemplo, en el Artículo 7 escribe "Llegará el momento cuando los musulmanes pelearán contra los judíos y los matarán aunque estos se escondan detrás de rocas y árboles." Su inspiración, mencionada en el artículo 32 de su constitución, es el infame libelo "Protocolos de los Sabios de Sion", al cual mencionan y citan.

Los dirigentes de Hamás, aunque los ciega el odio fanático, saben que no pueden destruir a Israel de inmediato, pero esperan desmoralizar a la población israelí, y causar muertos y heridos con cohetes disparados indiscriminadamente a ciudades y pueblos de Israel.

Durante los últimos días Hamás ha disparado cientos de cohetes a las ciudades de Israel, con la intención de matar a tantos israelíes como les sea posible. Centenares de personas habrían muerto en Tel Aviv, Ashdod, Ashkelon, Beersheba y otras ciudades, si no fuese por la maravilla electrónica que es el sistema Cúpula de Hierro, que, aunque no es 100% perfecto, ha conseguido destruir en el aire a decenas de cohetes.

Hamás hoy tiene cohetes, llamados M-302 o R-160, de mayor alcance y más precisión que los que usó en encuentros anteriores. El único propósito de estos cohetes es matar israelíes, de acuerdo a la declaración de un vocero de Hamás: "Todos los israelíes son hoy blancos legítimos." Hamás no avisa a Israel cuando dispara un cohete a Tel Aviv, Ashkelon o Beersheba, confiando en que la sorpresa tome desprevenidos a los israelíes.

Hamás, si no logra matar israelíes, tiene un segundo objetivo: conseguir que mueran pobladores de Gaza, con lo cual, pagando un costo para ellos bajo, ya que es una cultura que glorifica la muerte, consiguen un triunfo propagandista: confirmar su status de víctimas. Para lograr ese objetivo, disparan sus cohetes desde lugares densamente poblados, almacenan sus explosivos en hospitales y mezquitas, y utilizan a sus pobladores, incluyendo mujeres y niños, como escudos humanos.

En contraste, los bombardeos israelíes tienen varios objetivos: destruir los lugares desde donde Hamás dispara cohetes, liquidar a los jefes del terrorismo y destruir sus casas, destruir los almacenes y fábricas de cohetes y explosivos. Sabiendo que Gaza es un lugar densamente poblado, (ver siguiente artículo), Israel trata de evitar que los civiles palestinos sean afectados por la guerra. Los aviones arrojan volantes, y envían mensajes de texto anunciando, con suficiente anticipación, que tal y tal casa será blanco de bombardeo, y, por lo tanto, pide a los habitantes de la casa que la desocupen.

La tragedia más grande en lo que va en esta guerra fue la muerte de 7 personas de la misma familia en Khan Yunis, una ciudad de Gaza, lo que dio motivo a Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, para acusar a Israel de genocidio y comparar la muerte de las siete personas con Auschwitz (donde murieron 1,500,000 personas).
La realidad es la siguiente: la casa pertenecía a un comandante terrorista. La familia fue avisada para que desocupe la casa, y la desocuparon. Pero, pocos minutos más tarde regresaron para servir de escudos humanos, no se sabe si en forma voluntaria u obligados por Hamás. El cohete fue disparado por las fuerzas israelíes bajo el convencimiento de que la casa había sido desocupada. Naturalmente, esto fue de inmediato aprovechado por Hamás que denunció la "masacre de mujeres y niños".

Un periodista extranjero le preguntó al vocero del Ejercito de Defensa de Israel, "¿No considera usted que la muerte de varias decenas de palestinos, sin que haya ocurrido una sola muerte hasta ahora en Israel, constituye un crimen de guerra?" El vocero le respondió: "El verdadero crimen de guerra es la intención de causar cientos de muertos disparando cohetes a centros intensamente poblados como son las ciudades israelíes de Tel Aviv, Ashdod, Ashkelon, Beersheba y muchas otras. Si esa intención de Hamás no se ha realizado no es por falta de voluntad de ellos sino sólo gracias a nuestra defensa antiaérea y a la disciplina de nuestra población que, tan pronto escucha la sirena, entra a refugios."

Y aquí va algo que nunca leerán en el New York Times, El País The Guardian, ni será mencionado por CNN, BBC o Aljezira: no en este conflicto ni en ninguno anterior Israel ha cortado el suministro de electricidad, agua y combustibles a Gaza, o ha dejado de atender casos humanitarios de Gaza en los hospitales israelíes.

Los medios de comunicación internacionales, cuya simpatía automáticamente va a los palestinos, no mencionan los cientos de cohetes que llueven sobre las ciudades israelíes pero publican fotos (muchas de ellas recicladas de la guerra civil siria) del resultado de los bombardeos israelíes. Aun no mencionan la acostumbrada acusación de "respuesta desproporcionada" debido que no pueden negar que Hamás ha disparado cientos de cohetes a ciudades israelíes.

Los gobiernos occidentales y las Naciones Unidas, que nunca criticaron ni condenaron los disparos de cohetes de Hamás a centros poblados israelíes, piden a ambas partes que se "refrenen", lo cual en realidad está dirigido sólo a Israel, a quien todos reconocen el derecho a defenderse, pero le condenan si lo ejerce.

Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, y autor de una tesis doctoral en la cual minimiza el Holocausto, se permitió comparar las acciones de Israel en defensa de sus civiles con los actos nazis en Auschwitz. Evidentemente, no hay límite para el descaro (jutzpá)  y la hipocresía.

Si la historia se repite, y hay un cese de fuego, durante algún tiempo abr calma (lo cual en términos de Hamás significa "no mas de diez cohetes disparados en una semana), todos podemos estar seguros de que esta película la veremos nuevamente en dos o tres años por cuarta vez.



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